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Fractura de cadera en personas mayores
Cada vez son más las familias que optan por una residencia especializada para la recuperación de una fractura de cadera en personas mayores.
La fractura o rotura de cadera es muy frecuente en edades avanzadas y afecta sobre todo a las mujeres mayores de 60 años. Cerca de 50.000 personas al año en España sufren una fractura de cadera y representa un alto porcentaje de las estancias en nuestros centros residenciales.
Muy a menudo requiere de tratamiento quirúrgico, lo que implica un largo periodo de convalecencia y rehabilitación traumatológica para recuperar el nivel funcional y el estado de salud anterior a la fractura.
¿Qué es una Fractura de cadera?
Se denomina Fractura de cadera a la fractura de la cabeza del fémur. El fémur es el hueso del muslo, el más largo y voluminoso de la anatomía del cuerpo humano.
Encontramos diversos tipos de fractura de cadera en personas mayores, dependiendo de su localización:
- Fractura subcapital (por debajo de la cabeza del fémur).
- Fractura del cuello del fémur.
- Fractura trocantérea (localizada en el trocánter, protuberancia ósea ubicada en la parte superior y lateral del fémur, donde se insertan los tendones de los músculos de la cadera).
- Fractura subtrocantérea (por debajo del trocánter).
Causas que provocan la fractura de cadera
Sobre todo, existen dos factores que causan la fractura de cadera en personas mayores:
- Las caídas ocasionadas por pérdida de equilibrio. La falta de equilibrio favorece las caídas, aunque a veces estas son consecuencia de las propias fracturas.
- La osteoporosis (descalcificación de los huesos, lo que hace que estos se rompan con mayor facilidad).
Otros factores de riesgo que a su vez influyen sobre los dos anteriores son:
Enfermedades crónicas
- Trastornos endocrinos, como el de tiroides hiperactiva, favorecen la osteoporosis.
- Trastornos intestinales que limitan la absorción de vitamina D y de calcio influyen en el debilitamiento óseo.
- Enfermedades que afectan al cerebro y al sistema nervioso, como Parkinson o accidentes cerebrovasculares, aumentan el riesgo de caídas.
- Hipotensión: es otra causa frecuente de caídas.
- Hipoglucemia
Vida sedentaria
El estilo de vida sedentario, que conlleva la falta de ejercicio regular, es causa directa del debilitamiento del sistema óseo y muscular, que favorece las caídas.
La medicación
- Los tratamientos prolongados con Corticoides reducen la masa ósea y predisponen a las fracturas
- Somníferos, antipsicóticos y sedantes son medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central y que incrementan el peligro de caídas.
- Cualquier medicación o combinación medicamentosa que provoque mareos puede incrementar dicho peligro.
Nutrición inadecuada
- Una dieta inadecuada con déficit en calcio y vitamina D puede causar una disminución de la masa ósea y contribuir a la aparición futura de fracturas.
- En la edad adulta, deben mantenerse los niveles adecuados de calcio y vitamina D para favorecer la densidad ósea y prevenir la osteoporosis.
Riesgos derivados de una cadera rota
La fractura de cadera en personas mayores limita su autonomía e independencia e incluso puede reducir su expectativa vital.
Si existe una inmovilidad prolongada, existen una serie de riesgos asociados:
- Coágulos de sangre en piernas y pulmones, que pueden causar embolias
- Úlceras por presión o escaras en la piel que recubre los huesos
- Infecciones urinarias
- Neumonía
- Mayor pérdida de masa muscular
- Pérdida de forma física general
Cómo detectar una fractura en la cadera
Los síntomas más habituales relacionados con una fractura de cadera en personas mayores son los siguientes:
- Dolor intenso en la cadera o en la zona de la ingle
- Dificultad para caminar y levantarse
- Incapacidad para sostener peso en el lado de la cadera afectada
- Hematomas e hinchazón en la zona de la cadera
- Pierna más corta o girada en sellado de la cadera fracturada
Cómo es el tratamiento de una fractura de cadera en personas mayores
Por lo general, el tratamiento de una rotura de cadera en personas mayores consta de dos fases esenciales:
- Cirugía
- Rehabilitación
Operación
En función de la gravedad y de la localización de la fractura, de la edad, así como del estado de salud previo, se optará por un tipo de cirugía reparadora o por la de reemplazo:
- Reparación interna con tornillos
- Reemplazo total de la cadera mediante prótesis. La mayoría de los estudios señalan que esta es la opción más conveniente en adultos que viven de forma independiente.
- Reemplazo parcial de la cadera. Recomendable para personas con otros problemas de salud o deterioro cognitivo que motivan una situación de dependencia.
Recuperación
Para ser realmente efectiva, la rehabilitación debe comenzar lo más pronto posible, con el fin de potenciar el tono muscular de la extremidad y evitar la atrofia muscular y otras secuelas antes citadas, como úlceras, trombosis, etc.
- Ejercicios de carga: a las 24 horas, si no existe contraindicación médica, se pueden realizar ejercicios de carga con ayuda de un andador o unas muletas. Poco a poco, se van incrementando hasta que la persona puede reanudar la marcha.
- Ejercicios de deambulación: se inician entre cuatro y ocho días después, si la persona puede sostenerse y mantener el equilibrio convenientemente. Es la fase de reaprendizaje para que la persona pueda caminar sin que le cause dolor, adquiera mayor confianza y reduzca el riesgo de caídas.
- Ejercicios de fortalecimiento: en paralelo, se realizan ejercicios diarios de fortalecimiento, con el objetivo de recuperar el tono muscular, la movilidad y la resistencia.
Vuelta a la vida cotidiana
El regreso al hogar del paciente debe incluir un programa de ejercicios, dirigido por el equipo especializado, que le permitan mejorar su función física y la máxima competencia en el desarrollo de las actividades de la vida cotidiana. De esta forma, podrá prevenir también nuevas caídas y fracturas.