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Claves para superar la soledad en personas mayores

Soledad en personas mayores

La soledad en personas mayores es uno de los grandes problemas que tiene nuestra sociedad actual. En esta etapa vital, las personas están más expuestas a padecer la soledad y el aislamiento social, factores que merman su calidad de vida y su bienestar, haciéndolas más vulnerables.

Cómo afecta la soledad en las personas mayores

Para la inmensa mayoría de los mayores, la situación de soledad constituye una experiencia negativa que se vive como una carencia emocional. Este sentimiento negativo puede afectar a la persona mayor a diferentes niveles (físico, mental y emocional).

Además de repercutir en su estilo de vida y sus relaciones sociales, este puede ser un factor desencadenante de enfermedades de diversa tipología, trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, así como de una variada problemática conductual. 

Estudios sobre la soledad en la tercera edad

Según algunos estudios el 39,8% de las personas mayores de 65 años en España sufre soledad emocional. Las mujeres viudas y mayores de 80 años constituyen el perfil más vulnerable en este sentido.

Se estima que, aproximadamente, el 28,8% de las mujeres mayores y el 14,7% de los hombres mayores viven solos en nuestro país.

Efectos negativos para la salud

Los efectos de la soledad en personas mayores, ya sea esta una circunstancia transitoria o un problema cronificado, pueden resultar perjudiciales en diferentes áreas de salud:

Enfermedades fisiológicas

  • Patologías coronarias y vasculares
  • Hipertensión
  • Diabetes
  • Mayor vulnerabilidad inmunológica (mayor propensión al desarrollo de gripes, neumonías, catarros, infecciones, etc.). 
  • Pérdida de audición

Trastornos psicológicos y emocionales

  • Ansiedad
  • Depresión
  • Nerviosismo, angustia emocional, sentimientos de desesperanza…
  • Baja autoestima
  • Mayor deterioro cognitivo
  • Mayor riesgo de demencia y Enfermedad de Alzheimer

Alteraciones conductuales

  • Trastornos del sueño (insomnio, etc.).
  • Mayor riesgo de adicciones (alcohol, tabaco…).
  • Trastornos alimentarios
  • Mayor sedentarismo
  • Mayor riesgo de accidentes domésticos

Problemas sociales

  • Más riesgo de aislamiento social
  • Interacciones sociales deficitarias

En relación directa con la mortalidad

  • Mayor probabilidad de pensamientos suicidas
  • Mayor riesgo de fallecer de forma prematura.

Causas de la soledad en las personas mayores

La soledad no deseada en este grupo de edad ha ido aumentando en las últimas décadas. Entre las causas, personales o generales, que generan o agravan esta problemática social podemos entresacar las siguientes:

  • Fallecimiento del cónyuge
  • Síndrome del nido vacío
  • Aumento de la esperanza de vida
  • Incremento de hogares unipersonales y nuevos tipos de familias
  • Relaciones familiares deterioradas
  • Descenso de natalidad
  • Paro y precariedad de empleo
  • Jubilación
  • Estilo de vida frenético propio de las grandes ciudades
  • Tendencia a relaciones sociales de menor duración 
  • Ausencia de hobbies.

Cómo combatir la soledad en ancianos

La prevención de la soledad en personas mayores debe pasar, necesariamente, por el desarrollo de proyectos que fomenten sus capacidades psicológicas y funcionales bajo el concepto primordial del envejecimiento activo

Para ello, es fundamental el papel de las instituciones, la elaboración de programas psicosociales y la concienciación de toda la sociedad en su conjunto. 

Programas de prevención

Según la OMS, el envejecimiento activo se define como "el proceso por el que se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez". 

El envejecimiento activo es el paradigma clave para poder establecer programas de prevención para la soledad en personas mayores. Dicho paradigma facilita:

  • Prevenir la enfermedad
  • Prevenir la discapacidad
  • Mejorar la calidad de vida

Otro aspecto fundamental para la prevención es el desarrollo de emociones positivas o inteligencia emocional. Si la persona mayor tiene una buena salud emocional y sabe adaptarse a su entorno y circunstancias, esto contribuirá a un envejecimiento activo saludable.

Al respecto, cabe destacar el fomento de la psicología positiva y el mindfulness (concepto psicológico que significa “atención plena”, que focaliza la atención en la experiencia presente, desprendida de juicios e interpretaciones). De esta forma se logra mejorar la propia percepción de la salud, el bienestar psicológico y la autoconciencia. 

Programas de intervención

Para el desarrollo eficiente de programas de intervención es precisa una concienciación social que sirva para la construcción de redes de apoyo. Asimismo, y en relación con lo anterior, es indispensable la implicación de la ciudadanía, recursos profesionales y técnicos y administraciones públicas.

Desde el punto de vista psicosocial, las estrategias de intervención para la soledad en personas mayores persiguen la visibilización del problema, y se dividen según su objetivo sea:

  • El aumento de las habilidades sociales 
  • El fortalecimiento del apoyo social
  • La interacción social
  • El entrenamiento sociocognitivo

Las que se han demostrado más útiles son las intervenciones dirigidas a grupos específicos que incluyen actividades de apoyo y educativas. Todos estos proyectos están desarrollados por equipos multidisciplinares.

Desde las instituciones, las principales experiencias de intervención para combatir la soledad en personas mayores han sido las siguientes: 

  • Programas de TAA (Terapia Asistida con Animales)
  • Hortoterapia
  • Programas de ejercicio físico
  • Videoconferencias y fomento de relaciones sociales
  • Terapias de humor
  • Terapias basadas en reminiscencia

Consejos para evitar la soledad

Además de la persona que padece el problema, el combate contra la soledad debe librarse también desde su núcleo familiar y toda su esfera social. Para evitar que la soledad se convierta en aislamiento social podemos recurrir a los siguientes consejos:

  • Reconocer el problema
    ¿La soledad es deseada y se disfruta o es, realmente, la única opción para la persona? Lo primero es saber cómo nos sentimos y cómo nos afecta esta circunstancia para generar un cambio en el entorno social. En caso necesario, un especialista nos puede ayudar a identificar las causas y orientarnos hacia la superación del problema.
  • La solución tecnológica
    Las nuevas tecnologías pueden ayudarnos a combatir la soledad, a través de redes sociales, chats, videollamadas…, pero hay que tener en cuenta que deben consumirse en dosis moderadas, sin perder el contacto con la realidad. 
  • Labores sociales
    Finalizada la vida laboral, hay muchas labores que pueden desempeñarse para sentir que somos útiles desde el punto de vista social. Las actividades de voluntariado alivian el estrés y combaten la depresión, pueden aumentar nuestra autoestima, mantienen nuestra mente ocupada y estimulan las relaciones sociales.
  • Hábitos de vida saludables
    Una vida saludable contribuye a prevenir la soledad en las personas mayores: hacer ejercicio, seguir una dieta equilibrada, unos buenos hábitos de sueño y descanso, tomar el sol, etc.
  • La compañía, el mejor aliado
    Es fundamental buscar la compañía, desde tener una conversación con otra persona hasta la participación en grupos de apoyo, viajes del Imserso, actividades en el hogar del jubilado, etc. Todo ello puede ayudar a paliar la soledad y contribuir positivamente a la salud general. En este sentido, las residencias son una buena opción para combatir la soledad.

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